Reseñas



Imaginen la escena.

Las once de la noche de un día lluvioso, la televisión emitiendo apenas un suave murmullo en el fondo. Recostada contra el apoya cabeza y mi marido, mi Gregorio propio, durmiendo placidamente.
La cabeza sobre mi regazo.

Ideal, ¿no?

Y así habríamos seguido de no ser porque apenas leer unas hojas rompí en fuertes carcajadas que lo despertaron. Que con la almohada aun pegada a los parpados, se movió, se volvió a acurrucar contra mi cadera y susurro: ―¿Qué estas leyendo?

¿Mi respuesta?

―Nada, amor. Solo una perspectiva de Mr. Grey en versión real―basta decir que mi marido me beso, me dio esa sonrisa dormilona con el mechón de cabellos cayéndole sobre la frente que siempre logra robarme un latido, y volvió a acurrucarse mientras yo intentaba no sacudirlo por la fuerza con la que me reía.

Aunque la portada no parece decir mucho, esa corbata rosa chillón y la mancha de café nos dan muchas mas claves de lo que una puede imaginar. Y aunque el libro apenas si llega a algo mas de 100 hojas cae en la categoría de “no puedo dejar de leerlo ni que se me caiga el techo sobre la cabeza” (en cuyo caso me correría unos pasos hacia algún lado, sin siquiera apartar mis ojos de la lectura).

Ya desde la dedicatoria nos tira una pista, si a eso le sumamos el prefacio y luego su explicación sobre “El Gregorio Local”, la autora da una nueva visión extremadamente divertida sobre las 50 Sombras de Grey. Porque en vez de focalizarse en el análisis del apuesto, carismático e inalcanzable protagonista, se ocupa de algo mas cercano a nosotras.
¿De quien le hablo? De nuestro Gregorio personal.
Ese hombre real, desordenado y flatulento que comparte nuestras vidas y que si hay algo que logra a la perfección, además de haber robado nuestros corazones, es hacernos reír.

Si tienes la suerte de cruzarte con este libro, aprovéchala.
Sírvete una taza de té, instalate en tu lugar favorito. Has que tu Gregorio se ocupe de los niños, la cocina y/o los mandados por dos horas, y sumérgete en esta entretenida lectura que hará que cuando él vuelva todo sucio (o maquillado si tienes niñas), con manchas de origen desconocido pero que de seguro te auguran que en tu cocina te van a estar esperando ollas que en su interior contienen substancias mas bien salidas de una película de terror que están cobrando vida propia y que después resulte que no hay nada comestible adentro de la bolsa de los mandados porque, o casualidad, se olvido la lista y compro solo “lo necesario e indispensable” (léase: frituras, cerveza y algo que ni siquiera sabes que es porque es chino).
Aun después de todo esto, tú reirás, lo besaras y le propondrás pedir una pizza y comer sentados frente al televisor.
Porque sin importar que tan perfecto sea Mr. Grey, en el fondo, amamos a nuestros Gregorios. Y sabemos que cuando estemos canosas, caídas y rellenitas, ellos aun seguirán a nuestro lado sujetando nuestra mano mientras le damos de comer juntos a las palomas en la plaza.











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Es un relato corto y hermoso.

Ya desde el inicio la portada nos da una idea de donde todo transcurre y al mismo tiempo, no es suficiente.
Se trata de otro mundo que bien podría ser el nuestro. La música es magia y una leyenda resulta ser el centro que mueve a los personajes. Amantes perdidos y amantes desencontrados tendrán una oportunidad de hallar su final feliz.

“En el claro del bosque,
donde el lago cautiva a la luna para dibujar con ella
y las figuras bailan en la superficie,
una joven a su llamado acudirá.
Pero paciente no será y más de una vez la atraerá.
Ante él ella se desvanecerá y a su ayuda
otra joven vendrá.
Su libertad él por fin alcanzará pero su corazón,
traicionero será.
Marcadas al nacer dos hermanas serán y
el verdadero significado de crecer y amar descubrirán”

Las protagonistas son las hermanas Mirabeth y Clarissa.  Una intenta descubrir porque no puede dejar de responder al llamado del bosque, mientras que la otra teme por el destino de su hermana mientras lidia con sus propias emociones, convirtiéndose en una inesperada y querible heroína.
Por supuesto, no faltan los apasionados jóvenes que las amaran, para bien y para mal.
Los personajes secundarios tampoco se quedan atrás, y a medida que transcurre el relato, todos ellos comienzan a ocupar un lugar relevante en la historia. Más de una vez, sorprendiéndonos.

Si quieres saber más, solo lee la historia. Se quedara contigo, incluso después de que la hayas terminado. Porque eso es algo que siempre ocurre con las buenas historias.


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